POPLab Logo
12/14/2025
Indignación por el asesinato de Enríquez Vanderkam; políticos callan

Autores:

POPLab
POPLab

Indignación por el asesinato de Enríquez Vanderkam; políticos callan

Desde las redes sociales, el activista asesinado se convirtió en la voz de miles de leoneses contra la impunidad, frente al vacío y la desconfianza creados por la inacción de las autoridades

Cargando interacciones...

    Por Arnoldo Cuéllar, Melissa Esquivias y Fabián Sánchez

    La noticia del ataque a balazos en contra del activista Adolfo Enriquez Vanderkam, ocurrido este martes 22 de noviembre a las 10:30 de la noche, en la calle Hernández Álvarez en pleno centro de León, corrió con velocidad por la ciudad, en las redes sociales, en las aplicaciones de mensajería y de boca en boca, creando conmoción, desconcierto y, sobre todo, temor.

    El activista y ex funcionario estaba convertido en la voz de miles de leoneses hartos de la inseguridad que lo seguían en sus redes y se afiliaron a sus canales. Sus denuncias también incluían a los servidores públicos de todos los niveles, responsables de enfrentar el auge de la inseguridad.

    Sus acciones lo llevaron a chocar con políticos de todos los partidos. No se salvaron de sus reclamos los alcaldes Héctor López Santillana, Bárbara Botello y Alejandra Gutiérrez. Pero tampoco el fiscal Carlos Zamarripa, el secretario de seguridad Álvar Cabeza de Vaca y la entonces secretaria de gobierno y hoy precandidata del PAN a la gubernatura, Libia García Muñoz Ledo.

    La propia oficina de Derechos Humanos de la ONU, indagaba este miércoles las circunstancias del artero asesinato, mientras los políticos se asomaban tímidamente al hecho y hablaban en sus condolencias y posicionamientos de “fallecimiento”, sin atreverse a asumirlo con un hecho más de la ola de violencia que azota a Guanajuato desde hace una década.

    Adolfo Enríquez Vanderkam había incursionado en la función pública a temprana edad en las primeras administraciones panistas de Guanajuato, en los noventa del siglo pasado. Todavía en años recientes participó en procesos de selección de cargos en otros partidos políticos, sin éxito.

    Sin embargo, encontró una vocación de servicio al convertirse en un denunciante de la imparable ola de inseguridad que azota a la ciudad de León desde las redes sociales, logrando una interacción masiva con miles de ciudadanos, que lo convirtieron en su canal de denuncia y de reclamo de justicia.

    El activismo social de Enríquez Vanderkam no se detenía en exhibir a delincuentes que actuaban con impunidad, de quienes obtenía datos, alias, incluso videos de las cámaras de seguridad que se han generalizado en casas y comercios de todas las colonias como mecanismo de defensa frente al incremento de hechos delictivos.

    Sus publicaciones, comentadas por cientos de lectores, se habían convertido en una fuerte presión para atender a víctimas de delitos.

    En otras ocasiones, fue canal de filtraciones que ayudaron a esclarecer casos, incluso asesinatos.

    El conteo cotidiano de homicidios dolosos cometidos en León fue fuente de referencia y de contraste para los medios de comunicación, pero sobre todo, una constante exhibición de la incompetencia de los encargados de prevenir los delitos en el municipio.

    El éxito que logró Adolfo Enríquez en sus redes sociales hablaba sobre todo de la insatisfactoria respuesta de autoridades de todos los niveles frente al deterioro de la paz pública.

    Podía ser que los ciudadanos no quisieran denunciar un hecho delictivo ante los ministerios públicos, sabedores de que la mayoría de las ocasiones esa acción no tiene consecuencias, pero si confiaban en que una publicación del activista, produjera algún tipo de resultado.

    Corriendo evidentes riesgos personales, que deberán estar presentes en las líneas de investigación sobre su asesinato, Enríquez exhibía de forma directa a presuntos ladrones, asaltantes y generadores de violencia, con datos que le proporcionaban fuentes de la comunidad que lo seguía e incluso de los propios cuerpos de seguridad, de quienes siempre respetó el anonimato.

    Llamado a la justicia por una voz silenciada

    A las 8:38 de la noche del jueves, Adolfo Enríquez Vanderkam hizo su última denuncia en su canal de Telegram. El activista compartió las fotos y el video de los presuntos responsables de un asalto a mano armada en una frutería de la colonia Obrera. De acuerdo con el parte de la Secretaría de Seguridad Pública, el reporte del ataque en el que fue privado de la vida ingresó al sistema 911 unos minutos después de las 10 de la noche.

    La información que se ha conocido es que fue baleado por hombres a bordo de una motocicleta y un automóvil apenas salió de una popular taquería cerca del Arco de la Calzada. Iba acompañado de un adolescente de 16 años, interno del anexo que administraba y desde donde acompañaba a jóvenes con trastornos de adicción desde hace unos meses en el barrio de San Juan de Dios, quien fue lesionado pero pudo correr de regreso al establecimiento para pedir ayuda.

    Cerca de la medianoche, y luego de que la noticia corrió entre medios locales y nacionales, la SSP a través de su cuenta de X anunció un “intenso operativo de búsqueda” de los responsables. Minutos más tarde, el secretario de Ayuntamiento de León, Jorge Jiménez Lona y la alcaldesa Alejandra Gutiérrez condenaron el ataque. Sin embargo, la edil no suspendió sus vacaciones que apenas anunció la tarde del martes.

    Fue esta mañana cuando desde la cuenta del X la Fiscalía estatal se informó que fue asignado un grupo operativo y forense para esclarecer los hechos. Ni el gobernador Diego Sinhue Rodríguez, ni la precandidata a la gubernatura del PAN, Libia Denisse García, han emitido declaraciones en torno al crimen.

    En entrevista a medios, el secretario de gobierno Jesús Oviedo Herrera negó que pese a las amenazas recibidas, y que desde sus redes sociales hizo públicas en reiteradas ocasiones, Adolfo Vanderkam realizó alguna solicitud de medidas al Consejo de Protección de Personas Defensoras y Periodistas. Sin embargo, desde la Comisión Estatal de Atención Integral a Víctimas, se anunció que se brindará asesoría jurídica y protección legal a la familia del activista.

    Más allá de las posturas institucionales, el asesinato de Adolfo despertó la indignación de miles de leoneses que, desde sus redes sociales repudiaron el crimen y señalaron la creciente violencia en el municipio. En decenas de comentarios que pueden leerse en las publicaciones relacionadas con su muerte, la propia ciudadanía lo reconoce como "una voz" y una persona que ha sido incómoda para las autoridades encargadas de la seguridad y la justicia no sólo en el municipio, sino en todo el estado.

    Activistas, colectivos de búsqueda y figuras públicas de la política incluso de otras regiones del país se manifestaron a través de redes por el crimen que apagó uno de los canales de denuncia de mayor impacto en León.

    “Vivimos en una ciudad víctima del terror en donde el activismo social es una actividad de alto riesgo (...) Se tiene que hacer justicia”, expresó en X el activista Juan Pablo Delgado.

    “Lamento el asesinato de Adolfo Enríquez, un activista valiente y comprometido con la paz y la justicia. Su partida nos impulsa a no dejar de alzar la voz, como él siempre lo hizo”, publicó la política leonesa Virgina Magaña.

    “El asesinato del activista Adolfo Enríquez Vanderkam, quien evidenciaba la realidad de la inseguridad y corrupción en Guanajuato, expone la descomposicipon en este clima de violencia e impunidad arraigada que vivimos. Exigimos que su asesinato no quede impune”, publicó la precandidata a la gubernatura por MC, Yulma Rocha.

    El colectivo leonés Buscando con el Corazón publicó en su cuenta de Facebook: “Hoy León apaga su voz, la delincuencia sigue de la mano del gobierno y fiscalía, por fin lograron apagar la voz de la justicia en León”.

    Mayra Legaspi, directora del Observatorio Ciudadana de León hizo un llamado a las autoridades a proveer de justicia a la familia de la víctima y a preservar “con toda fidelidad” la información recabada por Adolfo a través de las denuncias anónimas que diariamente difundió en redes sociales. “Es importante la confianza que la población depositaba en él”.

    Activismo construido desde las redes

    En el año 2010, Adolfo Enríquez abrió su cuenta en Facebook; siete años después se unió a la red social X, y más tarde en su canal de Telegram, donde ganó una audiencia que supera los 350 mil seguidores. Desde este bastión digital, el activista expuso relatos de corrupción, denuncias de ciudadanos indignados, peticiones para localizar a personas desaparecidas y señalamientos contra la indolencia gubernamental en cuestiones de seguridad.

    Estas problemáticas se convirtieron en el enfoque principal de sus mensajes, que dejaban al descubierto la magnitud del problema de inseguridad que enfrenta León desde mediados de 2015. Sus denuncias le valieron el aprecio de una ciudadanía que lo veía, no sólo como un mero denunciante, sino como un eco efectivo de sus señalamientos, relegando a la autoridad a un segundo plano.

    El activista también transitó por capítulos polémicos que lo colocaron en el centro de atención de políticos y autoridades. En junio de 2019, compartió en sus redes sociales el retrato íntimo de un agente de policía municipal y fue demandado.

    Después de llegar a un acuerdo con la parte demandante, a Adolfo Enríquez se le recomendó abstenerse de publicar cualquier contenido vinculado a su acusadora durante un lapso de tres meses.

    Sin embargo, semanas más tarde, mantas con mensajes amenazantes, incluyendo nombres de oficiales, entre ellos el de la agente, se colocaron en distintos rincones de la ciudad, y fotografías del suceso fueron nuevamente compartidas en sus redes sociales.

    Este acto desencadenó un nuevo proceso legal contra Vanderkam, que culminó con la imposición de una sentencia: 6 meses de reclusión o el pago de una multa de 16 mil pesos.

    Adolfo aceptó la responsabilidad, pidió disculpas y compartió su situación legal con sus seguidores.

    La respuesta de su audiencia fue instantánea, pidiendo al activista que compartiera su número de cuenta bancaria. En menos de 4 horas, su comunidad había depositado la totalidad de la multa, mostrando así el respaldo y la solidaridad que sus seguidores le tenían.

    Entre los miles de publicaciones que compartió a lo largo de su trayectoria, se desprenden numerosas situaciones: desde la denuncia del robo de un vehículo hasta relatos de accidentes viales; incluso la exposición de los datos del agresor de Milagros. Algunos de estos casos con resultados positivos para las víctimas.

    Paralelamente, los recuentos mensuales de homicidios que elaboraba trazaban una espiral ascendente. En julio, la cifra superó el centenar, estableciendo un récord para la ciudad. Agosto registró 83 vidas truncadas, septiembre escaló a 87, y octubre experimentó un ligero descenso con 78 muertes. Hasta el 21 de noviembre, el conteo ascendía a 55, una cifra de la que, horas después, formaría parte el propio activista.

    Sus constantes denuncias lo convirtieron en blanco de amenazas. A través de sus comunicados, relataba las situaciones de intimidación a las que estaba sujeto. El más reciente, publicado el viernes 18, reveló que el representante legal de una empresa del sector salud lo violentó, todo ello después de que el activista expusiera un presunto fraude perpetrado por dicha organización.

    Así, entre denuncias digitales y amenazas reales, el activismo de Adolfo Enríquez Vanderkam se forjó desde las redes, sobre todo gracias a la enorme desconfianza de la población en los mecanismos formales para realizar denuncias y combatir la impunidad.

    22 de noviembre de 2023, 13:30

    Explora más contenido de este autor

    Descubre más artículos y perspectivas únicas

    Cargando interacciones...