* Por: Isabel Puente y Martha Silva

Después de desairar reiteradamente a las colectivas y víctimas de violencia sexual en la Universidad de Guanajuato, el rector general, Luis Felipe Guerrero Agripino, accedió a dar audiencia a las perseverantes estudiantes quienes piden modificación en el proceso de atención a víctimas y que se les permita ver sus expedientes, algo que hasta la fecha no han conseguido, pues el desdén institucional es una constante.

Así, pasaron semanas e insistentes intercambios de escritos y oficios, para que fueran escuchadas (mas no atendidas), las demandas de integrantes de varios colectivos feministas de los diversos campus de la Universidad de Guanajuato.

De un día para otro, el miércoles 18 de septiembre fueron convocadas a las instalaciones del Edificio Central, en la capital del estado, más de una decena de estudiantes para ser escuchadas. En representación de la Universidad de Guanajuato, asistieron Arminda Balbuena Cisneros, coordinadora de Derechos Humanos en la oficina del abogado general de la UG, y Guerrero Agripino.

Dos de las asistentes manifestaron a POPLab sus impresiones después de la reunión que duró aproximadamente dos horas.

“Básicamente Guerrero Agripino nos dio las gracias por nuestra participación, o sea, lo mismo que nos habían dicho (anteriormente) en oficios negándonos una audiencia con el Rector General. Sentimos que era un ‘avionazo’, pero ahora les pudimos replicar. Ante ello (desde la UG) nos comentaron varias cosas con las que estuvimos en desacuerdo, entre ellas: 1) Que seamos sororas con Rosalía Carrillo Meraz y no la criticáramos, porque somos mujeres y no debemos criticar el trabajo de otra mujer; nos quiso dar una charla de feminismo y conceptos malentendidos. Nos pidió que le diéramos chance a dicha posdoctorante, ya que tiene muchas actividades. 2) Que atendiéramos este asunto única y exclusivamente por vías institucionales, dándonos a entender la abstención en declarar ante la prensa. 3) Que en la universidad se hace todo lo correcto y que confiaran”.

A las involucradas en el caso les extrañó que el rector pidiera "paciencia" para Rosalía Carrillo, integrante del Consejo Consultivo para la Atención y Prevención de la Violencia de Género en la institución, por la gran cantidad de actividades que tiene, tomando en cuenta la urgencia de proteger a víctimas de todo tipo de violencia, aún más dentro del entorno universitario. Pareciera que las otras actividades de la posdoctorante consumen gran parte de día, situación que podría compartir con el rector, quien ha declarado a la prensa que es tal su pasión por correr maratones que él le dedica la mitad de su tiempo.

Cuestión de confianza

En esta misma reunión se abordaron varios casos específicos de violencia; Guerrero Agripino insistió a las asistentes que confiaran en las instancias universitarias (porque para ellos, los antecedentes demuestran que se puede confiar en la Universidad y en su sistema, algo que no comparten las estudiantes).

Las alumnas organizadas en un colectivo también pidieron que personal debidamente capacitado atendiera la ventanilla UGénero, a lo que manifestó Guerrero Agripino que no había recursos suficientes para abrir una ventanilla nueva en cada campus (algo que nadie estaba pidiendo). Como alternativa ofreció, por la vía del Departamento de Desarrollo Estudiantil, recursos económicos para financiar los traslados y viáticos de quienes desearan acudir a denunciar al edificio central.

Esto último parece incongruente, ya que el Rector ha negado reiteradamente que haya recursos (para abrir ventanillas que nadie le pidió), pero al mismo tiempo ofrece subsidiar gastos de transportes para las víctimas de violencia.

Otra de las declaraciones que en opinión de las chicas dejó mucho que desear, fue que “las académicas adscritas a la Universidad de Guanajuato se sienten excluidas de los procesos de atención a víctimas porque ellas NO se han acercado a la Rectoría ni a UGénero a revisar protocolos, a realizar propuestas o a trabajar en conjunto”.

Por último, agradeció los aportes que han realizado las estudiantes, y se comprometió a darles seguimiento brindándoles el número telefónico de Arminda Balbuena, adscrita a la oficina del Abogado General de la UG.

A propósito de ello, se tenía estipulada una cita en la semana del 23 al 27 de septiembre, a fin de atender personalmente a las víctimas de violencia, ya que después de meses de iniciados sus procedimientos, nadie de la Universidad de Guanajuato ha hecho del conocimiento de las víctimas cuáles son sus derechos, ni se les ha permitido ver sus expedientes. No obstante, por motivos de salud, les fue cancelada su cita por parte de Balbuena Cisneros.

En sede San Carlos protestan por presencia de maestro acosador

Mientras se llevaba a cabo la reunión entre el Rector General y Arminda Balbuena con alumnas de la Colectiva Alumnas UG en sororidaden la capital del estado, en el campus León sede San Carlos, alumnas y alumnos simpatizantes de la Colectiva marchaban en apoyo de sus compañeras pero también en rechazo a la presencia del Dr. Gustavo Garabito Ballesteros en dicho campus.

A principios de año, la Universidad de Guanajuato sancionó a varios profesores de la División de Ciencias Sociales del campus León, por comprobar que acosaron sexualmente a estudiantes, por lo que varios fueron suspendidos ocho días. La Comisión de Honor y Justicia de la Universidad de Guanajuato no reveló los nombres de los profesores sancionados, sin embargo, las identidades trascendieron. Entre ellos estaba Garabito.

Con pancartas, lonas, consignas feministas e improvisadas herramientas para percusiones, una veintena de alumnas protestó por pasillos y algunos edificios del complejo San Carlos cerca de las 2 de la tarde, cuando la actividad académica era ya mínima. La razón de la manifestación fue que el profesor Garabito, acusado también de corrupción de menores, hubiera tenido acceso a esas instalaciones de la Universidad el pasado día 13 de septiembre y que las autoridades académicas no emitieran acción alguna al respecto.

En un posicionamiento las jóvenes señalaron que este “permiso” tácito dado a Garabito hace cuestionarse la capacidad de la Universidad “para garantizar la seguridad de las alumnas en las instalaciones, pues permitir el acceso a un hombre que, independientemente de su posición académica, tiene denuncias de acoso y hostigamiento sexual; y que a raíz de esto se suscitaron denuncias de otra índole que culminaron en un proceso penal, a lo que la escuela nunca hizo del conocimiento a las y los alumnos”.

Esta situación, aseguran, “violenta directamente a las víctimas y expone a las alumnas a situaciones que atentan contra su integridad”.

Las estudiantes leyeron su posicionamiento en varios puntos de la protesta, entre ellos, afuera de la oficina de Alex Caldera, director de la División de Ciencias Sociales y Humanidades, quien, lamentaron, tras darse a conocer las sanciones contra estos profesores acosadores, acudió personalmente a los salones a decir que “todo habían sido malentendidos”.

Es importante destacar que en ningún momento se prohibió de alguna manera la marcha realizada por pasillos, explanadas y edificios dentro de las instalaciones. Al toparse con la protesta feminista las personas (estudiantes, profesores y trabajadores), reaccionaban con una sonrisa, con sorpresa, o el peor de los casos, con burla o molestia. Hubo un par de jóvenes (varones) que gritaron a lo lejos “Queremos la paz”, lo que el grupo sororo interpretó como un desafío a su mensaje en pro de los derechos de las mujeres, como que la paz de un hombre significa muchas veces el golpe, el silencio o peor, la muerte, de una mujer.

La protesta concluyó una hora después, insistiendo en la necesidad de que la Universidad de Guanajuato escuche a las víctimas de acoso sexual y siga perfeccionando los protocolos de atención, solo así se convertirá en un espacio libre de violencia para su comunidad estudiantil.

Cronología del caso, presentación de protocolo

Si bien con al menos tres años de antelación, las víctimas y los colectivos de estudiantes habían manifestado sus inquietudes por medio de actos como manifestaciones, tendederos y colectas de firmas, fue hasta agosto del presente año que fueron recibidas por el rector general.

28 de agosto de 2019

Diversas voces estudiantiles del Campus Guanajuato se reunieron para abordar inconformidades y propuestas en el tema de acoso sexual, de los protocolos de actuación y del actuar de UGénero. Es entonces que decidieron hacer llegar sus demandas por escrito a la Rectoría General. Entre sus peticiones, se encontraba tener una cita con el Rector General Luis Felipe Guerrero Agripino, a fin de plantearle lo siguiente:

1. Remover a Rosalía Carrillo Meraz de los asuntos de violencia de género, talleres y capacitaciones, ello por sus desafortunadas declaraciones a los medios de comunicación donde señalaba como las responsables de resolver los asuntos de violencia sexual a las víctimas y no a los victimarios ni a las instituciones.
2. Ampliar y mejorar la atención de la ventanilla de UGénero, ya que esta resulta insuficiente para atender las denuncias.
3. Que sean profesionales de la salud quienes atiendan los casos de UGénero y no estudiantes de servicio social o becarios.
4. Que sea consultada la comunidad universitaria para elaborar las propuestas y modificaciones de protocolo, para ello, las estudiantes solicitaron una cita para entregar una propuesta colectiva a Luis Felipe Guerrero Agripino.

30 de agosto de 2019

Por medio del oficio RE/R/0961/19 de fecha 29 de agosto de 2019, la Rectoría General responde a las estudiantes en resumidas cuentas que:

Les agradecen sus sugerencias y aportaciones, las que en su caso, podrán ser analizadas por La comisión de normatividad, y posteriormente deberán ser aprobadas por el pleno del Consejo General Universitario.

Sin dar ningún otro tipo de seguimiento por parte de la rectoría, las estudiantes insistieron para hablar de manera personal y directa con Luis Felipe Guerrero Agripino.

12 de septiembre de 2019

Después de desairar al grupo de estudiantes que hicieron llegar de forma pacífica, respetuosa, sus fundadas inquietudes, entregaron otro escrito, por medio del cual solicitaron nuevamente cita con el rector general, Guerrero Agripino.

Las estudiantes manifestaron que querían una participación más activa,¿es mucho pedir? Si al final de cuentas las estudiantes son quienes padecen las omisiones y malas decisiones de dichas instancias, es más que legítima su petición de ser escuchadas. Hay que destacar que ese mismo día el rector general sí tuvo tiempo en su agenda para hablar con las diputadas del Congreso del Estado, mas no con las alumnas de su institución.

18 de septiembre de 2019

13:00 Simultáneamente a la reunión con Guerrero Agripino, en el campus León de la UG sede San Carlos, otro grupo de integrantes y simpatizantes de ‘La Colectiva Alumnas UG en sororidad’ realizó una protesta dentro del plantel para rechazar que se haya permitido el acceso a las instalaciones a un profesor que ha sido denunciado por acoso y hostigamiento sexual, exponiendo nuevamente a las alumnas a ser víctimas de este delito.

Siendo las 14:00, se dieron cita en las oficinas de la rectoría general del Edificio Central, las alumnas de los colectivos y otras cuantas víctimas que no habían recibido ninguna respuesta oficial por parte de la ventanilla UGénero ante sus denuncias.

En una reunión que duró casi dos horas, las víctimas expusieron las omisiones, revictimizaciones y trabas administrativos que padecen actualmente. Tanto ellas como las integrantes de las colectivas, no quedaron satisfechas con las peticiones que les hizo el rector Guerrero Agripino, tales como adoptar una actitud pasiva ante la situación y confiar en el actuar institucional, además de no comunicarse con la prensa.

Haz clic

aquí para ver nuestra galería de fotos.