Con una simple consulta que realizó en el año 2015 a la delegación de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), el diputado panista Sergio Fernando Ascencio Barba pretende justificar la ausencia de permisos federales para el desarrollo inmobiliario La Cucursola que construye la empresa de su propiedad en la sierra de Santa Rosa.

A pesar del rechazo que ha quedado de manifiesto por parte de la comunidad, que demandará al municipio de Guanajuato por otorgar permisos para la urbanización, y de la clausura por parte de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), el gobierno panista que encabeza Alejandro Navarro Saldaña sigue con la defensa a ultranza del proyecto turístico que tiene el legislador federal del PAN.

Luego de que los habitantes de la comunidad de Santa Rosa acordaran tramitar amparos para frenar de manera definitiva la construcción de las 49 cabañas en casi siete hectáreas de la sierra, el empresario y político irapuatense difundió un video en redes sociales donde asegura contar con todos los permisos que marca la norma.

Habitantes de Santa Rosa acordaron ampararse. Fotografías Juan José Plascencia

Sin embargo, la legalidad de la que habla Ascencio quedaría limitada a una consulta que hizo a Semarnat en mayo de 2015, en la que el entonces delegado, Israel Cabrera Barrón, responde que la autoridad federal tiene que avalar una Manifestación de Impacto Ambiental en los supuestos que abarque el artículo 5 del Reglamento de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente en Materia de Evaluación del Impacto Ambiental.

Aunque en el escrito firmado por el ahora diputado local por el PVEM menciona que para un desarrollo habitacional la Semarnat solo tendrá injerencia cuando se trate de zonas costeras, existe un apartado del citado artículo 5 que también habla de la competencia de las autoridades federales cuando el desarrollo inmobiliario se ubique en una zona forestal.

En entrevista con Israel Cabrera Barrón confirmó que carece de validez la consulta que hizo a título personal Sergio Ascencio, porque la normativa obligaba al empresario a presentar el proyecto de desarrollo ante el Consejo Estatal Forestal, trámite que tampoco realizó.

El Gobierno del Estado se ha mantenido en silencio, sin asumir una postura ante el ecocidio, así calificado por ambientalistas. A pesar de que POPLab ha solicitado información a la Secretaría de Medio Ambiente y Ordenamiento Territorial desde hace semanas, no se ha dado respuesta.

Mientras tanto, el gobernador, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, se limitó a decir que las inversiones eran bienvenidas en Guanajuato, pero que se debe cumplir con la legislación.

Consulta 2015

En la consulta que hizo Sergio Ascencio en mayo 2015 pregunta a la delegación de Semarnat “si para la construcción de un fraccionamiento turístico recreativo (hotel) dentro de una zona determinada como apta por el municipio para llevarse a cabo, requiere realizar algún trámite o autorización ante esta autoridad federal”.

La pregunta que hizo el empresario se dio después de que el gobierno del priista Edgar Castro Cerrillo le diera el visto bueno para la construcción de Cucursola.

En la respuesta firmada por Israel Cabrera Barrón remite al artículo 5 del reglamento de la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, pero también señala que no existe la obligación de una autorización federal cuando se trata de un desarrollo fuera de ecosistemas costeros.

“La realización de una obra para fraccionamiento turístico o desarrollo inmobiliario que no se realice dentro de ecosistemas costeros no requieren autorización en materia de impacto ambiental para su construcción por parte de esta autoridad…”

Sin embargo, el artículo 5 en el inciso O sí habla de la obligación del desarrollador de contar con la autorización previa de Semarnat en materia de impacto ambiental. A la letra señala la fracción I del inciso O:

Cambio de uso del suelo para actividades agropecuarias, acuícolas, de desarrollo inmobiliario, de infraestructura urbana, de vías generales de comunicación o para el establecimiento de instalaciones comerciales, industriales o de servicios en predios con vegetación forestal, con excepción de la construcción de vivienda unifamiliar y del establecimiento de instalaciones comerciales o de servicios en predios menores a 1000 metros cuadrados, cuando su construcción no implique el derribo de arbolado en una superficie mayor a 500 metros cuadrados, o la eliminación o fragmentación del hábitat de ejemplares de flora o fauna sujetos a un régimen de protección especial de conformidad con las normas oficiales mexicanas y otros instrumentos jurídicos aplicables;

El desarrollo planeado por Ascencio Barba abarca cerca de siete hectáreas donde se construye una casa club, accesos y se lotificó para 49 terrenos para la construcción de cabañas que serían rentadas a través de plataformas digitales como Airbnb.

Copia de la consulta a Semarnat

Pregunta no justifica omisiones: Cabrera

Tras asegurar que la consulta que lleva su firma no exime a Sergio Ascencio de los tramites que debió iniciar para construir en la sierra, Israel Cabrera Barrón apuntó que un desarrollo inmobiliario como Cucursola debe pasar por el Consejo Estatal Forestal, donde hay participación de autoridades estatales, federales y representantes de la sociedad civil.

El exdelegado de Semarnat dijo que la consulta se respondió de buena fe, señalando si la zona apta por el municipio encuadra en el suelo que no es forestal no requiere de impacto ambiental.

“Nosotros le decimos: de acuerdo a la información que tú me das, de acuerdo con lo que te vaya a decir el municipio y solo si es jurisdicción municipal no requieres autorización; sin embargo, si encuadras en el quinto del reglamento se requiere la autorización correspondiente”.

Además, Israel Cabrera mencionó que el empresario tenía la obligación de presentar el proyecto ante el Consejo Estatal Forestal, donde no solo la delegación de Semarnat se tiene que pronunciar, sino también las diferentes áreas del gobierno estatal que están relacionadas con el tema y otras autoridades federales como Profepa y Conagua.

Apuntó que de autorizar el Consejo Estatal Forestal el proyecto, el desarrollador está obligado a hacer una aportación al fondo forestal. Las aportaciones pueden ir de los 50 mil a los 20 millones de pesos.

En las omisiones no solo recaen en Sergio Ascencio, sino también en las autoridades municipales que obviaron la consulta, a la que están obligados, ante la Semarnat y la Secretaría de Medio Ambiente y Ordenamiento Territorial, cuando el particular presentó la evaluación de impacto ambiental ante la dirección de Medio Ambiente y Ordenamiento Territorial que dirige el panista Juan Carlos Delgado.

Insiste Delgado: los permisos se otorgaron apegados a norma

En defensa de los permisos para Cucursola, Juan Carlos Delgado Zárate aseguró, una vez más, que no existieron violaciones a las normas en materia ambiental vigentes, aunque no se consultó a Semarnat.

“Otras ocasiones hemos comentado lo mismo: nuestros actos están fundados de acuerdo a normatividad, sujetos al escrutinio para que puedan analizarlos”.

Al director de Medio Ambiente y Ordenamiento Territorial del municipio se le cuestionó sobre la norma en la que basa el argumento de que no era necesaria una autorización federal, pero la respuesta fue que venía todo fundamentado en los permisos.

Juan Carlos Delgado también dijo no tener conocimiento de las demandas de amparo que anunciaron los habitantes de Santa Rosa contra todos los permisos que el gobierno municipal ha otorgado a Ascencio sin pasar por las autoridades federales en materia ambiental.

“No tengo información de lo que me comenta en relación a la inconformidad, demanda, que se vaya a llevar a cabo. Nosotros seríamos respetuosos cuando se dé, lo analizaremos en lo que la parte jurídica nos ordene”.

Fue por la falta de la autorización de cambio de uso de suelo y la manifestación de impacto ambiental, ambos trámites que debieron hacerse ante Semarnat, que la Profepa clausuró los trabajos en Cucursola, al señalar que los terrenos donde se construye el desarrollo inmobiliario son forestales.